jueves, 21 de julio de 2011

Las alas

Uno...dos...tres...cuatro...cinco...seis...

Me parece haber estado aquí, es una colina muy verde, las margaritas silvestres hacen de marco y se ve un grupo de árboles muy altos hacia la derecha donde se divisa una tranquera pequeña.
Que sensación placentera caminar y que una brisa suave te acaricie la cara, no siento frío, no siento calor.
El sol no molesta en mi cabeza y debe ser el mediodia, calculo, miro mi muñeca y veo que no tengo el reloj.
Un grupo de gaviotas o gorriones, no se que tipo de pájaros son, vuelan en formación hacia el horizonte.
Escucho una música suave, con violines, piano y clarinete, pero está como lejana. Miro hacia atrás y no puedo determinar de donde viene, me siento liviana, no recuerdo haberme sentido tan bien.
Voy caminando hacia los árboles, es lejos pero voy a llegar sin cansarme, intuyo.
Algunos pastos están altos.
Allá veo un niño pequeño. Está corriendo hacia adelante como a doscientos metros mío. Es rubio, tiene ropa de color amarillo, no distingo bien si lleva pantalones puestos, no puedo verle las piernas.
Debe tener apenas dos años o menos tal vez, corre con cierta dificultad, a veces pareciera que fuera a caerse.
Comienzo a correr yo también y me da placer y también una intriga especial.
Quiero verlo mas de cerca, estoy llegando hasta él, ya siento su risa, parece estar haciendo una travesura.
Se lo ve tan feliz, libre, si tuviera alas volaría, y creo que yo no me asombraría de que lo hiciese.
Hasta creo que yo levantaría vuelo detrás de él.
Estoy llegando a él, escucho su risa mas clara, como quisiera que corriera hacia mi, asi podría ver su rostro sonriente.
Creo que voy a poder tocarlo, si, ya voy a tocar su cabello rubio.

-Señora...señora
Ya pasó todo, ya está despertando, su vesícula ya está afuera y no va a molestarla mas.
Salió todo perfecto, puede abrir los ojos?

-Ay, si, estaba tan bien, era hermoso...

-Bueno yo la traigo a la realidad. Su hijo está afuera y quiere verla. Me hablo de su viaje, parece que pudo cambiar el pasaje para mañana.

-Mi hijo, si, el viaje...quiero verlo.

-Espere unos minutos mas. Está todo bien, pero no puede hablar mucho, acuerdese que ya le expliqué que no debe conversar mucho después de una intervención.

-Doctor, ya me siento bien despierta, solo me molesta un poco el suero.

-Bueno pocas palabras, Señora.

-Si, pocas, prometo.

-Joven, adelante...

- Mamá, como estas?

-Bien, no sentí nada y creo que soñé.

-Que bueno! Cambié el pasaje para mañana temprano.

-Que suerte, justo hoy me tenía que pasar esto.

-Salió todo bien mamá, No importa.

-Si, claro, es la verdad.

-Ya tengo todo resuelto, trámites, equipaje, todo, solo tengo que ir mañana a Ezeiza y partir.

- Entiendo..solo tienes que levantar vuelo...

Marisa tomó su mano y la apretó con la poco fuerza que tenía.
Su hijo parte mañana, el avión que lo lleva a Europa levantará vuelo. Una beca de estudio lo espera en Madrid.
Pero para Marisa, Juan es todavía un chiquito rubio que corre hacia la vida y ella ya no puede alcanzarlo.


FIN

 .

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