viernes, 20 de abril de 2012

Con la música del alma

 Sabía coquetearle a la vida, como quien serpentea esquivando piedras meneando su seducción.
Ella tenía mas años en el documento que los que habitaban en su corazón.
Pero todavía seducía con su sonrisa, con presencia al caminar, con la forma en que anudaba su chalina al cuello,
Había vivido plenamente, tenía una familia pero no un compañero. Le dio pelea siempre a los obstáculos, y asi todavía estaba resistente a los vientos audaces de una edad que no le correspondía.
Ella tenía un sueño postergado, pero no por eso abandonado.
Ella quería cantar, lo hacía a solas, sus hijos siempre la escuchaban mientras cocinaba, o barría, siempre había un motivo para cantar, siempre una canción se asomaba a su garganta y ella la dejaba salir.
Ya era viuda hace años, y su soledad nunca borró su sonrisa, ni la música de su corazón.
Un día por un aviso de papel pegado en la parada de un colectivo anotó un número de teléfono, de un profesor de canto. Y allá fue, con el corazón abierto, con la emoción de quien va a su primer dia de clase.

- Buenas tardes, el Prof. Antonio?
- Si, soy yo, Ud. es Pilar?
- Así es, encantada.
- Adelante, bienvenida.

Antonio enseñaba canto desde siempre, en las escuelas fue el profesor de música, y ahora jubilado seguía dando clases en su modesta casa de Colegiales.
El vivía solo, le sirvió un vaso de agua a Pilar y le pidió que le cantara cualquier canción que le guste para escuchar su registro.
Y Pilar comenzó a cantar, y Antonio cerró sus ojos unos instantes, escuchando atentamente, y luego los abrió para mirarla detenidamente, miró su cabello castaño, sus aros, su escote, su cintura, sus piernas que apenas asomaban debajo de una amplia pollera de género liviano, de color natural.
Y no pudo adivinar su edad, era un ángel que había traspasado su puerta, para alegrar su destino.
Y asi se fueron dando las clases, las charlas, él al piano, y ella en un costado cantando con alegría y pasión.
Como no enamorarse de ella, un mujer madura sin edad, con una voz dulce y melodiosa, lo enamoró.
Ella había sabido mantener la distancia de profesor-. alumna, pero notando y percibiendo las miradas, y las palabras que no se decían pero estaban presentes.
Por supuesto que ella también estaba subyugada con la caballerosidad y la dulzura de ese hombre dedicado a la música, enseñando con amor lo que sabía hacer.

- Pilar quisiera hacerle una invitación, me encantaría invitarla a cenar esta noche.
- Estaba esperando que lo hiciera, por supuesto que si Profesor.
- Por favor decime Antonio.
- Antonio, acepto.

Y esa noche comenzó una historia de amor, un romance otoñal, pero con la pasión intacta, y con un plus interesante, el amor por la música.
Se encontraron y se unieron, enamorándose de a poco y de a mucho, desafiando y dejándose llevar por la música del corazón.
Hoy comparten la vida, la desafían juntos, y ella no deja de cantar con su alegría pero mira a los ojos de Antonio, que la observa enamorado mientras sus manos al piano hacen música.

FIN

lunes, 2 de abril de 2012

Heroes niños grandes

Trabajo siniestro, impuro
el casco no cubría el miedo
los pies en el charco
el frío como compañero
La patria lejana, ausente
la tierra de uno, ajena.
Muy lejos capitalinos
hombres de dorados
manipulando vidas.
mientras saboreaban
calientes comidas.
Un invierno adelantado
mostró la muerte
de cerca a niños grandes
Y nosotros aquí
tan ignorantes
no supimos valorar
honrar y acariciar
aquellas manos moradas
los congelados pies
y aquellas tristes miradas.