miércoles, 12 de septiembre de 2012

5° entrada de Identidad revelada

Max, un amigo especial

Max es un hombre muy especial, de estatura mediana, recibido tardiamente de Lic en Psicología, desprolijo, muy poco estructurado pero a su vez tiene prejuicios extraños.
Sobre todo extraños por la profesión que eligió.
Tiene pocos pacientes, en su mayoría hombres porque las mujeres le traen problemas, como dice él.
Es amigo de Angela desde los tiempos de estudio en la facultad.
Siempre le aclara que unicamente con ella, se casaría y formaría una familia. Comentario que pone un poco nerviosa a Angela, ya que ella no ve esa posibilidad, para ella es su amigo, a quien aconseja y cuida lo mejor que puede.
Una vez por semana, generalmente los martes por la mañana desayunan juntos en casa de Max.
Angela toca el timbre.
Max abre la puerta.

- Diosaaaaaaaaaaa, como está mi princesa natural?
- Hola Max, como estas amigo mio?
- Ahora que mis ojos se deleitan con su visión, mejor, mucho mejor, mi reina.
Medialunas?, galletitas integrales, budin ingles?
- Budín, con mate dulce.
- Perfecto. Angelita
- Sabes que quizas te mande un paciente, pero antes tengo que hablarle, el lunes próximo, si vos podes claro en ese horario.
- A que hora?
- Martín viene conmigo los lunes a las 19.
- A ver.... (se fija en su agenda)
Para que me fijo!!, si los lunes no tengo a nadie, y los martes tampoco, tengo uno el miércoles, dos el jueves, y dos el viernes. Y todos hombres. Tengo que pensar en vender cosas, dedicarme a la música en las plazas a la gorra. Sino la proxima no te voy a poder convidar ni el budín ni el mate. jaja
- Ay Max, lo siento tanto, pero yo mas no puedo hacer, te derivo lo que puedo, es que mujeres no te puedo mandar, vos ya sabes...
- No, no, me podes mandar, puedo correr el riesgo de no engancharme, pero también podes mandarme mujeres operadas, con caras estiradas y plástico en sus senos y no voy a sentir nada por ellas, mas que asco y repugnancia.
- Te das cuenta, o sea ninguna opción es buena, si es una mina al natural te podes enamorar perdidamente, y si no lo es la tratarás como un felpudo y te dejará en la segunda sesión, si es que viene a la segunda.
- No, momento, si es al natural, pero es fiera y tiene flor de despelotes, no me voy a enganchar mi reina.
- No me hagas hablar, hasta ahora no ha dado resultado, te mandé una señora que no era muy agraciada, tenía ciertas fobias a tratar y lo que hiciste, es inexplicable.
- Vos decis la Sra de Lopez?
- Esa misma.
- Pero esa sra. tenía fobia a los hombres y estaba desesperada por tener sexo, y me sedujo habilmente.
- Como es eso?
- Me dijo que yo la atraía especialmente, mis ojos, mi cabello, mis mocasines, como cruzaba las piernas, como tomaba mi lapicera para escribir, y como daba vuelta las hojas de mi cuaderno.
- Pero Max, sos un profesional, aunque te diga todo eso no podes invitarla a salir y llevarla a un hotel despues de un café.
Me lo contaste y me dije: ... Otra vez Max!! no lo podía creer.
-Si vos fueras mas que mi amiga no me pasarían estas cosas.
- No tiene nada que ver Max. Cuanto hace que no vas a tu supervisora Ana?
- Unos meses.
-Cuanto tiempo?
- y unos cuantos meses...
- Max si seguis así vas a tener que dejar la profesión y dedicarte a otra cosa, es la verdad.
- Pero vos no tenes idea los pechos naturales que tenía esa mujer, eran impresionantes.
- Max, basta, no me hagas enojar.
- No, no perdón, tenés razón, me pongo de rodillas ante mi diosa, mi reina maya. Perdón.
- Bueno, voy a hablar con Martín y trataré de convencerlo a que venga con vos.
Porque supongo que con él no  vas a tener inconvenientes.
- Quedate tranquila, ningún problema. Porqué me lo pasas, que pasó?
- Eh... creo que vos lo vas a llevar mejor, aparte ya está resolviendo sus problemas satisfactoriamente, pero la opinión de un hombre como vos, en lo que falta le hará mejor.
- No estará enamorado de vos no?
- No Max, no. De veras no.
- Ah, sino ya empezamos mal. Jaja.
- No, no.
- Bueno dale, hablale y mandameló, me hace falta la guita.
- Por eso pensé en vos, amigo, porque te quiero y no quiero que pases necesidades, pagaste las expensas?
- La verdad, no, ahi tenes el recibo, pegado en la puerta de la heladera.
Angela abre su cartera, y de su billetera saca el el dinero, y se lo deja en la mesada de la cocina.
- Angela, nunca tan bien puesto ese nombre, sos mi Angel guardián. Me das un abrazo.
- Bueno ( sonríe y le extiende los brazos)
 Mientras Max baja la mano derecha para tocarle un gluteo.
- Max, basta, me voy.
- Bueno, no te enojes, te quiero amiga.
- Yo también te quiero mucho y por eso te cuido.

Angela camina despacio las diez cuadras que la separa del dpto.de Max.
Y Martín sigue dando vueltas en su cabeza, es imposible no pensar en él.

- Te odio Paula!!

continuará...



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