sábado, 2 de febrero de 2013

La promesa (2ª entrada)

Tras la puerta

Clara, abre el placard, corre las perchas, de izquierda a derecha, abre los cajones, elije, se mira al espejo, encimando la ropa sobre su cuerpo.
Hasta que luego de varios cambios, decide que un vestido ajustado, a la rodilla ,azul con vivos blancos, con un sugestivo escote en V, es el indicado.
No tiene dudas que la verá mucho mas atractiva que de costumbre.

Sumamente puntual llega Roberto, le avisa que está abajo por el portero eléctrico y ella baja.

El queda asombrado por lo bella que se ve, bajando los escalones de la entrada.

Un restaurant cerca del rio, una mesa a la luz de las velas, una secretaria ilusionada, y una promesa...

Antes de salir, Clara hizo una promesa.
Mirándose al espejo se dijo:

- Clara, no volveras a sufrir por un hombre.

- Clara estas muy bonita, ese vestido te queda estupendo, cuentame algo de tu vida.
- Roberto, soy una mujer que ha tenido varios desengaños, pero cuando me dijiste que cenara con vos esta noche, volví a soñar y a creer que todavía puede sorprenderme la vida, dandome una nueva oportunidad.
Y he pensado que porque no, pasar la noche con un hombre que está solo y que me gusta hace mucho tiempo, y que casualmente también es mi jefe.
- Gracias, has sido muy afectuosa, la cena ha estado perfecta, esta noche sería maravillosa si ademas quisieras pasar conmigo un momento a solas y hacer el amor..
Roberto tomó su mano y la acarició suavemente. El mozo se acercó trajo la cuenta, el pagó. se levantó y la acompaño hasta la puerta y ya en la vereda, la abrazó y la besó apasionadamente.
Entraron al auto, se miraron con deseo y partieron hacia un lugar para estar solos.

Al día siguiente:

- Clarita, llegaste temprano, que carita eh!! Parece que hubo una noche movidita.
- Buen día
Clara caminaba con seguridad, sus ojeras delataban una trasnoche especial.
Se sentó en su escritorio, acomodó sus papeles, prendió su PC y vio llegar a su jefe.

-Buen día Clara, alguna novedad.
-Buen día Sr., ninguna, todo bien.

El Sr. Galli entra en su despacho, toma el telefono celular y hace una llamada.

- Amigo, como estás? bien, fantástico. Teniás razón que iba a aceptar, y tambien que se iba a creer el verso de la separación, fue todo mas sencillo de lo que me imaginaba. ........Y normal, nada especial....... A mi si, me porté re bien......Jaja, no, mi mujer llega hoy al mediodía.....

Clara, está escuchando tras la puerta, ya que justo cuando estaba por entrar escuchó una conversación y se quedó alli, sin que nadie la viera.
Retrocedió, pálida, se sentó, y recordó su promesa ante el espejo.
No se preguntó,  ni como, ni el porqué.
Si, se dijo, esto no me causará sufrimiento.

Tal vez me cause placer...

(continuará).


-


No hay comentarios:

Publicar un comentario